Saludos, amantes de los audiorelatos y las colaboraciones👋🏻
Hoy @aliciaricoforte y un servidor os presentamos una colaboración muy especial. Un relato nacido de la inspiración. Pintura y literatura unidas por un hilo inseparable. Un reto que concibió el siguiente relato «El lago de las ánimas» inspirado en la ilustración de Alicia Rico Forte. Está es una de las muchas obras que se encuentran en su magnífico libro «La transparencia de un instante». Desde @stonergek os lo recomendamos como una lectura única e inolvidable. 🖌️✒️
Que disfrutéis del audio y esperamos que podáis apreciar el esfuerzo que hemos depositado en él, no es fácil hacer este tipo de colaboraciones, aunque siempre es un placer presentarlas. 🤗
El lago de las Ánimas
Con mi último aliento, pude ver a la hermosa mujer del lago. Se presentaba ante mí como una ilusión que solo yo, en mis horas finales, podía apreciar. Su halo azul inundaba el campo de batalla y su pálida mano se posaba sobre las almas de los soldados que combatían valientemente en aquellos prados regados con sangre y muerte. La vi caminar hacia mí. Su porte era sereno y victorioso. Su estela dejaba un sendero de calma y plenitud, bendiciendo con su luz a los extenuados guerreros. No podía dejar de observarla, era magnifica. De pronto sentí un cosquilleo en mi pulida coraza. Una rosa roja se abría en mi pecho cada vez más grande, supe entonces que mi tiempo entre los vivos había terminado. Emplee mis últimos segundos en adorar a esa diosa que se presentaba ante mí. Cuando su frío beso se hizo patente en mis labios, pude recordar con claridad aquel día en el lago.
<< Era primavera, el sol nos acariciaba con sus rayos y el bosque nos invitaba a entrar en sus dominios. Guié a mis hombres hacia el claro donde la Dama Azul nos aguardaba. La batalla estaba próxima y necesitábamos desesperadamente la bendición de nuestra más poderosa señora.
La mujer nos esperaba sentada en un banco de piedra junto al Lago de las Ánimas. El lugar rebosaba belleza y claridad. Luces bailarinas danzaban sobre las cristalinas aguas y una pequeña catarata entonaba una canción que apaciguaba por completo nuestros temores. Dos árboles frutales custodiaban a nuestra anfitriona, convirtiéndola en una preciosa obra de arte. Se puso en pie en cuanto entramos en claro, parecía una escultura que acababa de cobrar vida.
Desmontamos de los caballos y nos despojamos de nuestras pesadas armaduras y nuestras afiladas espadas, no nos eran de utilidad allí. Un anhelo penetró súbitamente en mí; me sentía en casa, acunado por mi madre y protegido por mi padre. Me trasporté a un tiempo donde no había guerras ni sufrimiento, donde no tenía que arriesgar mi vida en batallas carentes de sentido.
La Dama Azul poseía una presencia inconmensurable, portaba un vestido de tela transparente que no ocultaba ni ápice la perfección de su cuerpo y una corona de plata de la que brotaba su rizado pelo color aguamarina. Algunos de mis hombres lloraron al acercarse a ella y otros se postraron en señal de plena humildad. Yo, por mi parte, me sentí abrumado, aunque no flaqueé. Me arrodille ante ella y le bese su nívea mano. Pedí su bendición y protección para los sucesos que iban a acontecerse y ella me la concedió sin titubear. No hubo un diálogo común entre nosotros, ella hablaba sin mover los labios, pues yo podía oírla en mi cabeza. Ya sabía lo que andaba buscando y no tuvo reparos en concedérmelo. Sin embargo, la mujer solicitó algo a cambio. Tras la batalla, mi alma se quedaría atrapada en aquel lugar. Mi esencia vagaría por los bosques y danzaría sobre los nenúfares eternamente como un ser de luz. Un precio minúsculo por salvar a mi pueblo.
Todos los guerreros nos sumergimos uno a uno en las aguas del lago y nos sentimos renacer. El pacto había sido sellado. >>
Los labios de la muerte me llamaban desde el otro lado y mis ojos hicieron una última reverencia, cerrándose al fin. La dama tuvo a bien entregarme un último momento de felicidad, pude escuchar en la lejanía gritos de júbilo. Mis hombres voceaban el triunfo, y el sonido de las armaduras fundiéndose en abrazos y lágrimas por los caídos inundaron el rojo valle. Los soldados ofrecían la victoria a la Dama Azul. «¡Por la Dama del Lago! » gritaban. Una sonrisa se dibujó en mi rostro ensangrentado y supe que el sacrificio había merecido la pena. Era el momento de cumplir mi parte del trato.
La levedad me llevó y, en mi mente, pude ver el delicado rostro de la pálida mujer. Me atraía hacia el Lago de las Ánimas. Me atraía hacía mi nuevo hogar.
Como sumo placer otorgo los merecidos:
¡ DOUZE POINTS !
Van mis felicitaciones a mis dos colegas de la pluma.
Shalom
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Muchas gracias, Beto!
Es un placer escuchar palabras tan alentadoras de un amigo. Próximamente tendremos en la web tu nuevo material, estoy impaciente por publicarlo.
Un saludo
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