La Espera ~Nuria de Espinosa

La noche era tan negra que no podía ver más allá del cristal de la ventana. La luz roja de una pequeña lámpara que colgaba de la pared de su aposento, reflejaba la turbación de su existencia. El silencio se hundía dentro de él como un punzón en una maceta, cuya flor se marchitó. Solo percibía, el eco de sus palabras, en un cuadro marmóreo vacío de toda expresión; estaba tan aterrado como una codorniz momificada sobre una fría losa de mármol cuyo nombre no quería recordar. Solamente uno sobrevivió aquella noche.

Nada más uno se escapó para contarlo. Sin embargo, hasta ahora no se lo había contado a nadie. Estaba aterrado y tenía miedo. A lo mejor era porque no se atrevía a abrir la ventana al anochecer, porque sabía que Berenice acabaría con él clavándole los dientes en la yugular. Sabía qué lo encontraría. Qué podía olerlo. Aquella noche murieron todos en la mansión.

Quizás no lo contó, porque nadie le podía ayudar. En un arrebato de desesperación se arrancó los 32 dientes, los puso sobre la mesa, dejó la ventana abierta y se ocultó en el sótano. Sin embargo, apenas llevaba unos minutos cuando sintió una extraña presencia. Berenice se lanzó sobre él mordiéndole de una forma salvaje y macabra terminando así su venganza, o no.