Esto no es un relato, querido lector, es una breve reflexión sobre la creación de personajes en las novelas de fantasía, el misterio y el terror, desde mi punto de vista y mi propia experiencia.


La importancia de confeccionar personajes creíbles en las historias es un arte que no cualquier escritor domina, sobre todo cuando hablamos de fantasía, eventos sobrenaturales o misterios esperando a ser resueltos. Es de sumo interés inventar unos personajes lo más creíbles posibles para el lector, ya que así facilitamos la tarea racional de que el susodicho pueda llegar a conocer los acontecimientos estrambóticos que están aconteciendo. Por ejemplo, algunas de las ideas de Poe se presentan en sus historias como si fueran bulos, patrañas que la gente cuenta y que no tienen porqué ser verdad.

La cuestión es que para que los elementos sobrenaturales tengan cierta eficacia y sean creíbles, es sumamente importante que le ocurran a un protagonista racional, alguien que reaccione y se comporte de un modo que el lector se imaginaría que él mismo podría reaccionar en unas circunstancias similares. No obstante, si algo sobrenatural le sucediera de verdad a alguien en la vida real, cualquier persona normal saldría corriendo como alma que lleva el diablo. Estamos de acuerdo en que no compartiría con el escritor ni con los personajes el interés por desentrañar el misterio que se presenta ante él y mucho menos intentar llegar hasta el fondo del asunto. Simplemente, huiría lo más rápido que sus pies le permitiesen, es lo lógico.

La única manera de afrontar el inconveniente anterior es confiar en la tendencia de la gente a no creer que está sucediendo algo fuera de lo normal, a pesar de que se acumulen múltiples evidencias en contra. Otro ejemplo, si se topara con un vampiro de verdad, como en los libros del señor Stoker, dudo mucho que estuviera tan dispuesto a creer en su existencia como ese valiente grupo de cazadores de vampiros tan alentados a acabar con la vida de «Drácula». El personaje racional intentaría plantearse todas las explicaciones posibles: Una ilusión óptica, alucinaciones, una suerte de apofenia o la locura… antes de aceptar que existen unos inmortales que le chupan la sangre a los seres humanos o algo similar. Y si alguna vez llegara a aceptar ese hecho como algo incontestable, intentaría inmediatamente alejarse del lugar lo más rápido posible.

Un truco para dar el realismo necesario al protagonista, es que se engañe así mismo durante el transcurso de los primeros incidentes espeluznantes y achaque tales sucesos a su imaginación, después será el escritor del relato quien tenga que dar con la manera de que el personaje ya no pueda negar que esos acontecimientos son de índole sobrenatural, pero ya estará demasiado involucrado en el asunto como para poder escapar. Tal vez para cuando se de cuenta del horror, ya haya cortado todo vínculo con su vida anterior, pues teóricamente no tenía ninguna razón para prever que las cosas se iban a torcer tanto. En mi opinión, es importante que los personajes desconozcan que se hallan en una novela de misterio o terror, o al menos no hasta que sea demasiado tarde como para que puedan salir del embrollo. Es el arte del escritor el que debe acompañar de la mano al personaje y al lector para que ambos se embarquen en el relato y disfruten con su contenido. Una tarea nada sencilla, aunque no imposible.

Una película que explora muy bien el concepto de la negación e introduce a un personaje completamente desquiciado en un hábitat aparentemente normal para la persona que está viendo el film, es La ventana secreta de David Koepp, protagonizada por Johnny Depp. Un largometraje muy recomendado para comprender los límites de la locura, el misterio necesario para hacer picar al personaje y como pasar de una situación cotidiana a un auténtico infierno.

Normalmente, los protagonistas de la obra deben tener un mínimo de valentía o estupidez para adentrarse en lo oculto o, por otra parte, que sea lo oculto lo que vaya hacia ellos de forma irremediable. Por poner un ejemplo de donde emplee estos dos conceptos, escribí el relato de El huerto de la familia Bernhord utilizando la premisa de adentrarse estúpidamente en lo desconocido alentados por leyendas y cuentos, y para el segundo caso tendríamos el relato de Encallado, un gusano gigante que aparece en una costa. En el primero relato el terror espera paciente a su presa, mientras que en el segundo, el personaje principal no puede evadir el horror que está a punto de contemplar. En ambos relatos los protagonistas tienen actitudes humanas, normales, actos que no provocan una sorpresa o rechazo en el lector.

Ten en cuenta la historia y el mensaje, pero también presta mucha atención a los personajes. Al fin y al cabo son ellos los que van a dar vida al escrito.


Esto ha sido todo, muchas gracias por leer gasta el final.

Si te ha sido de ayuda para seguir afinando tu visión de la creación de personajes, házmelo saber.

¡Que la inspiración te pille despierto!