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Soho es una imponente metrópolis construida en el centro de las vastas tierras de Azímur que sirve de nexo entre la región norte donde, habitan Los pueblos libres del norte, y las regiones de Rádim y Négacar, además de controlar el paso hacia Remeria y, por tanto, la entrada a El Límite. El símbolo de esta ciudad es una rosa azul con dos espadas cruzadas y los colores que hondean en sus banderas son el azul y el blanco.

La ciudad está regentada por el Gobernador, una misteriosa figura que se dedica a contemplar a sus ciudadanos desde una gran torre de piedra construida para alojar al antiguo rey y a toda su corte. Los únicos que tienen acceso a él son los guardias reales, poderosos caballeros entrenados en el lejano sagrario de Áblica y enviados por el consejo de Négacar para supervisar las acciones de el Gobernador y protegerlo de cualquier mal que aceche entre los muros de Soho.


Historia

Antaño la ciudad de Soho era considerada como la más hermosa de todo Azímur, las razas se congregaban en torno a sus enormes plazas y bailaban y bebían hasta que no podían mantenerse en pie. La dinastía Corcat se hizo cargo de convertir aquel lugar en un paraíso terrenal para humanos y criaturas mágicas. Las calles se abarrotaban de mercaderes y sus carretas llenas de mercancías, las tabernas eran cada día tan festivas como el primer día de primavera y los hombres y las mujeres disfrutaban sin tapujos de los placeres de la carne. Cada ser de Soho amaba al rey Hendrik Corcat, apodado el Bondadoso, y cada soldado habría dado su vida por él si hubiese sido necesario.

La historia cambio cuando su malvado hijo, Frederik Corcat, apodado el Desquiciado, subió al poder. El nuevo lider mantuvo constantes disputas con el resto de gobiernos de Azímur, aumentó los impuestos y se convirtió en un racista proclamado. Su despotismo desplazó a varias razas de la ciudad como a los orcos, los cuales quedaron condenados a vivir fuera de los muros de Soho y a ubicarse en un nuevo lugar al noreste de Azímur, en un zona pantanosa que bautizaron como Rálujar.

Cuando el odioso rey murió(en misteriosas circunstancias), su hijo, Pieter Corcat, hizo acopio de orgullo y solicitó ayuda a los sabios de Négacar que encantados tomaron el mando de la ciudad. El joven rey se convirtió en un pelele que no tardó en abandonar los opulentos salones de palacio para dedicarse a tareas más mundanas, fue entonces cuando las cortes se disolvieron y se instauró al nuevo Gobernador para velar por la seguridad de Soho. Los ciudadanos se mantuvieron al margen de esta lucha de poder y las superficiales promesas, como la de bajar los impuestos o construir más tabernas, calmaron a los pocos exaltados que abogaban en pro de la deshonrosa realeza.

Una nueva fuerza militar se instauró en Soho, los night rangers un grupo especial de soldados que mantenían a la población sometida y se encargaban de realizar eventos públicos ensalzando la figura de el Gobernador. Desde la imposición de esta nueva rama militar, la prisión de la capital se convirtió en una de las más temidas junto a las Minas de Rádim, se hablaba de torturas, vejaciones y hasta ejecuciones por motivos insignificantes.

ArtStation - dungeon, lincoln Renall

Actualidad

Soho es actualmente una dictadura encubierta controlada por Négacar. Los sabios utilizan la capital para exportar el grano y madera de las fértiles tierras centrales, y como fuente de ingresos para financiar las investigaciones que en la ciudad de la magia se llevan a cabo.

En cuento a las razas que circulan por las calles de Soho, podría decirse que es una ciudad mixta, se pueden encontrar tanto criaturas mágicas como humanos, aunque los anuras y los orcos gozan de muy baja estima con respeto al resto de ciudadanos, por ello intentan evitar la ciudad a toda costa y prefieren refugiarse en La Cloaka, donde se sienten más seguros entre los de su misma raza.

En los últimos años, Soho ha ido expulsando paulatinamente a las criaturas mágicas de la ciudad y enemistándose con emplazamientos del norte. La animadversión hacia el resto de razas que no fueran las humanas, ha provocado una profunda animadversión entre La Cloaka y Soho, aunque una guerra abierta tan solo perjudicaría a ambos bandos.

La ciudad posee la mayoría de los pueblos colindantes y de granjas, siendo la más famosa el Molino Mastín propiedad legítima de los herederos Mastín, una familia dedicada a comerciar con harina y armas. Almis Mastín construyó una herrería cerca del colosal molino que su padre le había dejado en herencia y comenzó a abstenerla con una pequeña mina de hierro y un bosque cercano. No tardó con convertirse en uno de los vendedores de armas más famosos de la zona.

La influencia de Soho también se extiende hasta; las Ruinas de Lavia, el Castillo de Remeria y el Templo de los Mártires.


La legendaria capital se ha convertido en un nido de ratas y trapicheos, calles oscuras y vendedores maliciosos. Poco queda del esplendor de otra época y de los cantares alabando al poderoso rey y a sus tierras. El mal ha encerrado a la ciudad entre sus garras y el futuro se presenta nefasto para sus habitantes.


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